Soy Ramón y he tenido como familia colaboradora a Gema.
Mi experiencia ha sido muy buena aunque también he de decir que al principio me daba mucho corte y tenía miedos internos, ya que intentas integrarte en una familia que no es la tuya y tienes miedo a ver si te van aceptar o no, como serán, si hablarán de ti… Poco a poco se fueron mis inseguridades.
Quiero decir que tener una familia colaboradora es una oportunidad para poder saber cómo funciona el círculo familiar y poder tener un apoyo ahí, para poder salir de vez en cuando del centro y poder relajarse un poco más, sabiendo que con su familia colaboradora puede tener otras normas como puede ser en casa de un colega.
Y también es una oportunidad que pueden tener los chavales y chavalas para poder dar y recibir cariño, ya que cuando se está en un centro la parte del cariño es algo que no se trabaja mucho. Y debido a esta cuestión la mayoría de los chicos y chicas pueden ser más fríos que otros chavales, ya que no saben la parte esa cariñosa que se da en un círculo familiar.
Por eso mismo animo a los adultos que se hagan familia colaboradora para que niños y niñas puedan disfrutar del cariño que le aporta el participar en el programa de Familias Colaboradoras.