Conclusiones: III Jornadas «Menores en Desamparo. Creando Cultura de Acogimiento: El reto de los 18»

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899 personas inscritas y más de 3.000 visualizaciones en Youtube han sido las cifras correspondientes a la tercera edición de las “Jornadas Menores en Desamparo. Creando Cultura de Acogimiento” que anualmente organiza Crecer con Futuro en colaboración con distintas universidades. Una cifra que supera con creces las de las ediciones pasadas, y que en parte ha sido posible gracias al nuevo formato online en la que se han celebrado.  
 
En esta edición, para cuya organización hemos contado con la estrecha colaboración del Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad Pablo de Olavide, el tema central ha sido “El Reto de los 18”, haciendo referencia al difícil desafío al que han de enfrentarse los y las jóvenes extuteladas cuando salen de los centros de protección de menores. A continuación os presentamos las principales conclusiones de las jornadas, que han apuntado a nuevos enfoques de trabajo basados en relaciones más humanizadas entre profesionales y jóvenes, y que pretenden dar una respuesta más ajustada a la historia de vida y a las necesidades específicas de las chicas y chicos.
 

CONCLUSIONES  III JORNADAS “MENORES EN DESAMPARO. CREANDO CULTURA DE ACOGIMIENTO: EL RETO DE LOS 18”

  1. Los niños, niñas  y jóvenes que están o han pasado por el sistema de protección tienen una historia de vida especialmente dolorosa que requiere una intervención especializada que sea capaz de atender esa dimensión. Eso implica una formación profesional adecuada  y unos recursos flexibles orientados hacia todo el proceso de desarrollo de los chicos/as desde las edades más tempranas hasta que alcancen su autonomía personal y la emancipación relacional, más allá del cumplimiento de los 18 años.
  2. Es necesario humanizar las relaciones de los y las profesionales con los  chicos y chicas. Esto implica:      
    • Generar una relación focalizada en unas relaciones interpersonales satisfactorias en donde seamos capaces de empatizar con los chicos y chicas. 
    • Recuperar el «sentido común», que no es otra cosa que «sentir» y «ponerlo en común», sentir la vida como la sienten ellos para poder entrar en sus vidas y que ellos sientan la vida como nosotros para que puedan entrar en la nuestra.
    • Intervenir desde una relación simétrica huyendo de reproducir  unas estructuras de poder ya fracasadas en la relación con los chicas y chicos. Esto implica establecer  un acompañamiento paciente y tenaz , «estar siempre ahí»,  a la vez que se marcan los necesarios límites.
    • Necesariamente  tomar  siempre partido por el menor/joven en contraposición, muchas veces, a las exigencias institucionales pero siendo conscientes de la necesidad de mantener un equilibrio. Es rentabilizar al máximo las oportunidades que nos ofrece el sistema para atender las necesidades de las chicas/os.
    • Plantear la educación como un proceso de relación significativa  en el que nos transformamos  chicos/as y profesionales. 
  1. Las familias biológicas siempre están presentes de una u otra manera en la vidas de las chicas/os,  por lo que en la intervención profesional  hemos de pensar siempre en ellas como potenciales  recursos. Trabajar con los chicos/as es trabajar con las familias y viceversa.  
    • Es fundamental romper la visión de la familia biológica como el enemigo.
    • El sistema de protección tiende a olvidar el trabajo con las familias biológicas. Es muy importante esta intervención  tanto  para elaborar el duelo, como para buscar la alianza en la propuesta de una alternativa familiar  o para  preparar el proceso de  la emancipación, en donde en muchos casos retoman el protagonismo.
    • Es importante estructurar la intervención de manera planificada, clarificando los objetivos, de manera muy coordinada entre las distintas instituciones implicadas en la vida del menor y en las que los/as profesionales puedan tener una continuidad en la relación con estas y sus familias . Las/os profesionales debemos ser significativas/os.
    • La familia biológica es fundamental si queremos trabajar la reparación, reducir el conflicto de lealtades de los chicos/as con respecto a las familias acogedoras y a las/os profesionales,  y la comprensión que éste/a llega a tener de su propia historia de vida. 
    • Aún cuando la familia biológica no esté físicamente presente, hay que trabajar simbólicamente con ella.
    • Es imprescindible el acompañamiento a las familias colaboradoras o de acogida desde la comprensión de sí mismas, pero también desde la comprensión de la familia biológica. 
  1. Es necesario abordar la intervención profesional desde una perspectiva de género en donde seamos capaces de discernir las necesidades diferenciales  de los chicos y las chicas en contextos culturales concretos. 
  2. Es fundamental  la implementación de proyectos que atiendan a las necesidades de madres adolescentes y jóvenes extuteladas, empoderando  a la madre en su propia autonomía y en la educación del hijo/a. 
  3. Es necesario exigir a las administraciones públicas que implementen los recursos necesarios para  alcanzar la autonomía  de los/as jóvenes. En este sentido es fundamental generar proyectos que garanticen el acceso al mercado laboral y a una vivienda digna. Estos proyectos deben tener siempre en cuenta la necesidad del acompañamiento profesional  y la construcción de redes de apoyo, y por tanto, de trabajo con la comunidad.
  4. Es imprescindible generar redes de apoyo significativas para los niños, niñas y jóvenes, como son las familias colaboradoras y los mentores/as de jóvenes extutelados/as. En ambos casos, estas personas se convierten en alguien de confianza, referentes y elementos de conexión social con el entorno:
    • Ser Familia Colaboradora de un/a chico/a tutelado/a es una oportunidad de crecimiento personal tanto para la familia como para los chicos y chicas. La familia colaboradora puede aportar un ambiente reparador, y supone un nuevo modelo de relaciones familiares y un soporte vital en el paso a la emancipación . 
    • Es necesario favorecer la implementación de proyectos de mentoría  que permitan generar nuevos vínculos relacionales significativos entre el o la  joven y el mentor/a, además de construir puentes  a nuevos entornos  sociales.
  1. Es fundamental luchar contra la violencia institucional desde la comprensión de los mecanismos que la impulsan y desde la cooperación entre profesionales y los colectivos afectados.
  2. La amplia participación en estas jornadas y la riqueza de las aportaciones, tanto de las personas que han intervenido como ponentes como de las asistentes,  pone de manifiesto la necesidad de seguir generando espacios para el debate sobre la protección de los niños, niñas , adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad. Espacios en los que se ahonde en el trabajo con las familias biológicas y en el mejor abordaje para el tránsito a la mayoría de edad.

 

 

Vídeos de las jornadas realizadas: 

Día 1. Mañana. Bloque 1 y 2. 

Día 1. Tarde. Bloque 3.  

Día 2. 

Jornadas organizadas por Crecer con Futuro y el Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad Pablo de Olavide

Logotipo Crecer con Futuro

El dibujo que hemos utilizado en el cartel es de Marina Martín Cochet (@marina_cochet). Le damos las gracias por cedernos su uso y por haber plasmado la situación y las sensaciones de las chicas y chicos que se enfrentan al reto de los 18.

 

#CrecerconFuturo

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#ElRestoDeLos18

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