Un estudio refleja la mejora en todos los indicadores psicosociales de menores que disfrutan de una familia colaboradora

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Crecer con Futuro y la Universidad de Sevilla, en colaboración con la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación en el marco de las subvenciones de IRPF, han publicado recientemente la investigación ‘Familias colaboradoras: un estudio sobre familias, infancia y adolescencia tutelada y procesos en la colaboración’. Se trata del primer estudio, a nivel nacional, que investiga los resultados de esta medida de protección, y refleja la mejora en todos los indicadores psicosociales de los niños, niñas y adolescentes que disfrutan de una familia colaboradora.

El estudio, llevado a cabo por Esperanza León, Nuria Molano y Jesús M. Jiménez-Morago, profesores del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla, y la psicóloga Ana Isabel Gallardo, refuerza la evidencia científica que considera las alternativas familiares a los centros residenciales como las más positivas para el correcto desarrollo psicosocial de los niños y niñas bajo tutela de la administración pública.

En la investigación, llevada a cabo en 2018, participaron 64 familias colaboradoras activas en Sevilla capital y provincia, junto con 53 personas menores de edad que se encontraban en colaboración con ellas y que en ese momento residían en diversos centros de protección de la misma provincia y su capital.

A partir de la información aportada por las familias colaboradoras participantes en el estudio, los autores se marcaron, entre otros objetivos, analizar las características del perfil sociodemográfico de las familias colaboradoras; estudiar las características sociodemográficas de los niños, niñas y adolescentes en colaboración; conocer la forma en la que se desarrollaron los primeros momentos de la colaboración y la adaptación de estos menores a las familias; explorar el estado actual y la evolución de los chicos y las chicas durante la colaboración, así como la satisfacción de las familias con este y otros aspectos de la colaboración familiar; examinar el perfil psicológico de las familias colaboradoras, además del funcionamiento y la dinámica familiar; y estudiar el desarrollo socioemocional y el ajuste conductual de los chicos y las chicas en colaboración, así como la presencia de sintomatología relacionada con los trastornos del apego, entre otros aspectos.

En cuanto al perfil de las familias, debe destacarse la diversidad encontrada entre los colaboradores y colaboradoras. Partiendo de la heterogeneidad encontrada, la edad media de las colaboradoras y colaboradores se situó en torno a los 45 años, con predominio de estudios superiores y situación laboral activa, con trabajos fuera del hogar. Principalmente, las colaboradoras desarrollaban labores relacionadas con la enseñanza y las ciencias sociales, y los colaboradores trabajaban en el ámbito de la administración pública y la enseñanza. La estructura familiar mayoritaria era el de parejas colaboradoras con hijos biológicos.

En relación al perfil sociodemográfico de las chicas y chicos, la media de edad se situó en torno a los 14 años, escolarizados en su totalidad y cursando la mitad de ellos la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). La gran mayoría de estos menores tiene hermanos o hermanas aunque sólo la mitad de ellos convive con los mismos en el centro.

El historial médico de estos menores de edad refleja que la mayoría son chicos y chicas sanos, aunque una cuarta parte padece alguna enfermedad crónica, síndrome o trastorno diagnosticado en el momento del estudio y cerca de un tercio presenta algún tipo de discapacidad, en su mayor parte de tipo mental.

Respecto al historial de malos tratos previos identificados, destaca el porcentaje de negligencia (26,4%) y maltrato psicológico (24,5%) sobre otros tipos de maltrato.

Respeto a la historia de institucionalización, resulta en general demasiado larga, llevando los menores estudiados como media en torno a ocho años en acogimiento residencial y habiendo pasado casi la totalidad de los chicos y chicas por otros centros de protección antes de iniciar la colaboración con las familias. De igual modo, aquellos niños y niñas que habían pasado por un mayor número de centros anteriormente presentaron más problemas emocionales y con sus compañeros de clase. También aquellos que ingresaron en los centros de protección a una edad más temprana mostraron más problemas conductuales al igual que aquellos menores de edad que más tiempo habían pasado en situación de institucionalización.

De manera general, la adaptación del menor de edad a su familia colaboradora fue muy positiva. El 92,4% de los colaboradores y colaboradoras estaban muy satisfechos con la adaptación. Las relaciones personales de estos menores de edad con los miembros de la familia colaboradora se puntuaron de forma muy positiva, alcanzando una puntuación de 4.4 en una escala de 1 a 5.

En cuanto a la integración en el ámbito escolar, la mitad de las familias que participaron en el estudio (el 52,2%) la valoraron de forma muy positiva.

La gran mayoría de estas familias (83%) estaban satisfechas con la evolución de los chicos y chicas. El clima familiar fue, en general, bastante positivo, con bajos niveles de estrés parental.

Finalmente, en relación a la evolución de los chicos y las chicas estudiados, se ha podido observar un significativo progreso, tanto en las valoraciones de las familias colaboradoras sobre las distintas áreas del desarrollo exploradas (física, cognitiva, emocional y social) como en las valoraciones sobre el ámbito académico (ajuste, rendimiento, motivación e integración). En general, estos resultados vienen a subrayar el importante efecto positivo que ejercen sobre este grupo de menores en colaboración las medidas alternativas a los centros y los referentes familiares en el marco de este recurso.

Cuaderno de Conclusiones – Investigación Familias Colaboradoras

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Publicado en:

Junta de Andalucía

Universidad de Sevilla

Observatorio de la Infancia

Europapress

 


 


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FAMILIAS COLABORADORAS

Según establece la Ley 1/1998, de 20 de Abril, de los Derechos y la Atención al menor, en el artículo 36“La medida de acogimiento residencial podrá ser complementada con la estancia del menor con familias colaboradoras durante fines de semana y periodos vacacionales”.

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