“Un corazón de chicle” es el recurso que hemos elaborado desde Crecer con Futuro para trabajar el conflicto de lealtades en familias colaboradoras tras analizar los casos que observamos en niñas, niños y adolescentes pertenecientes a este programa.
"Un corazón de chicle es un corazón que se estira y en el que caben muchas personas a las que podemos querer y ser queridos" - Ana Belén García, escritora
En Andalucía hay más de 2.400 menores y adolescentes que se encuentran en acogimiento residencial. Ante esta necesidad, pusimos en marcha la iniciativa de ‘Familias Colaboradoras’ que surge como otra modalidad de alternativa familiar, además de la adopción y el acogimiento.
A través de este recurso, cualquier tipo de unidad familiar (familias, personas solteras, parejas con o sin hijos o hijas) mayor de 25 años, puede ofrecerse a compartir fines de semana y vacaciones con estas chicas y chicos.
‘Un corazón de chicle’ está inspirado en una historia real en la que dos hermanos y una hermana que iban a participar en el programa, presentaron un gran conflicto de lealtades respecto a su familia biológica, además de la inseguridad y miedo a la reacción de su familia de origen cuando les comunicasen la posible colaboración.
La manera en la que la familia de origen del chico o chica vive la colaboración de otra familia con su hijo o hija, influye, en gran medida, en el éxito o fracaso de la misma. En muchas ocasiones, la familia debe dar ese permiso emocional para que no aparezcan obstáculos relacionados con el conflicto de lealtades durante la colaboración.
Aquí entran en juego otras personas muy importantes para las y los menores: sus educadores y educadoras. Son profesionales junto a los que pasan gran parte de su día a día en el centro, las figuras encargadas de acompañarles en un ambiente seguro y de cuidados en el que atienden sus necesidades.
Sin embargo, cuando las educadoras y educadores trabajaban con las niñas y niños, carecían de herramientas que ayudaran a comprender y abordar el conflicto de lealtades durante la colaboración.
Por ello, elaboramos este material con mucho cariño e ilusión, dirigido, especialmente, a las y los trabajadores de los Centros de Protección de Menores con el objetivo de facilitarles la intervención a través de este recurso.
De esta forma, el cuento tiene una doble misión: explicar y desculpabilizar. En primer lugar, a través de Lucía, la protagonista de esta historia, las educadoras y educadores podrán transmitirle a las chicas y chicos que nuestro cariño es infinito y que, no por querer a personas nuevas, dejaremos de querer a nuestra familia biológica.
Así mismo, “Un corazón de chicle”, pone de manifiesto el miedo que pueden sentir las familias de origen al saber que sus hijos e hijas comparten su tiempo con otra familia.
Con ello, intentamos normalizar un sentimiento completamente natural que aparece cuando dos personas que son importantes en nuestra vida entran en competición entre sí, sin llegar a entender que el cariño que tienen hacia su familia no va a cambiar ni depender del que sientan por otras personas.
‘Un corazón de chicle’ no habría sido posible sin la colaboración de 3 maravillosas mujeres que decidieron acompañarnos en este proyecto: Ana Belén García, escritora; Carolina Mera, ilustradora; y Alicia Núñez Castillo, Jefa del Servicio de Centros de Protección de Menores de la Junta de Andalucía, institución que ha amparado este trabajo en el marco de la convocatoria de subvenciones de IRPF.
Para los profesionales de los Centros de Protección de Menores que quieran utilizar «Un corazón de chicle» pueden solicitarlo a través de e-mail: familias@crecerconfuturo.org o, en los números de teléfono: 955 690 590 / 619 079 803